jueves, 17 de enero de 2008

Reconectando raíces






Ella es Ainhona. La Segunda hija, del segundo matrimonio de mi Padre Antonio Alonso.
Nunca supe mucho de ella, sólo que vivía en EE.UU con su hermana Marina, su madre, y sus tíos. No se si ella alguna vez pensó en acercarse a mi, la verdad es que no importa mucho eso ahora. Llevamos algún tiempo conversando por Skype, tenía muchas ganas de verla en persona, ella venía a Sao Paulo, pero un problema en la rodilla la dejó en su casa en Boone.
No puedo decir que la conozco, pero estamos en ese proceso de reconexión, que siento tan necesario. Más que mal, la mitad de nuestra información genética es la misma...somos al fin y al cabo hermanas, eso es un facto.
Es una artista, pinta estos cuadros que pueden ver en: http://www.flickr.com/photos/mixpaint/sets/
y hace clases a chicos pequeños de Artes.


Lo que sí puedo decir de ella, es que definitivamente es bella, tanto en sus expresiones, como en su atmósfera. Es una muy buena persona, y me siento profundamente feliz y agracedida de la vida de poder conversar con ella. Espero de todo corazón conocerla pronto.
Les presento a Ainhoa, mi hermana.


Leonor
A mis amigos y amigas que aprecian el valor de las raíces.

La muerte y sus acompañantes



No resulta fácil para nadie hablar de la muerte. En nuestra cultura se nos ha enseñado a tenerle miedo, a verla como un momento de profundo dolor, y por lo mismo no se nos han dado los espacios para relacionarnos con "ella" de un modo más "sano", por decirlo de algún modo.Es divertido que en nuestro idioma tenga "género femenino", es "LA Muerte", quízás porque somos nosotras las que traemos las vida, se pensará que también la llevamos.
Lo que sea. Este momento está ahí esperando por todos nosotros, y como me dijo una compañera de Kabbalah, debe ser lo mejor para el que está en ese trance y no lo mejor para los demás.
En este sentido somos muy egoístas y retenemos a la fuerza a aquellos que amamos, pensando en que "aquí" estarán mejor, pero más que por ellos, es por la sensación de desamparo que deja el que se va.

Debo decir que con los años he comenzado a ver la muerte como lo que es, un paso más en un largo camino, del que no se absolutamente nada. Sólo se que estoy aquí, que este momento es lo único que tengo, mañana no existe es sólo una potencialidad, una probabilidad escondida que se develará cuando sea el momento.
Vivimos concentrados en mañana, el próximo mes, el próximo año, o en cómo será nuestra vida en la vejez, siempre desmereciendo el presente, que insito es lo único que se tiene, el hoy y el ahora. Si viviéramos concentrados en lo que somos en este momento, nunca sentiríamos la angustia de la muerte, porque no habría cabida para ella. Pero las cosas no son así, aún nos vestimos de negro para despedir al que se va, lloramos y vivimos "duelos", con una solemnidad digna de las tragedias Griegas.

Vamos a morir, todos y cada uno de nosotros. Algunos luego de una larga agonía, otros en algún accidente en fracciones de segundo, otros asesinados....otros en medio de un lindo sueño...quién sabe?, nadie puede tener certeza sobre el cómo, pero sí sobre el hecho mismo....moriremos indefectiblemente.

Llegará a nuestra puerta la Parca (Cada una de las tres deidades hermanas, Cloto, Láquesis y Átropos, con figura de viejas, de las cuales la primera hilaba, la segunda devanaba y la tercera cortaba el hilo de la vida del hombre.)
Nos mirará de frente y nos tomará la mano, ya no seremos lo que somos, seremos...no lo sé, aún no conozco a nadie que haya vuelto como para contar fidedignamente qué pasa después de irnos.
Nos iremos no más....partiremos en la balsa de Caronte, o quizás volaremos en las alas de algún ángel...romántico?, puede ser, pero nos iremos, ya no estaremos.

En las reuniones familiares se acordarán de nosotros, se reirán de más de alguna locura compartida, porque de las locuras hechas en el secreto de nuestros días no se podrían reír jamás.
Con el devenir de los años, nuestra imagen se irá mitificando, nuestros "pecados" desaparecerán y nos transformaremos en un "lindo recuerdo"...pero al pasar de más años aún, no seremos ni siquiera un recuerdo, ya no habrá nada que denuncie nuestra pasada por esta tierra, nuestros tataranietos no tendrán la menor idea de quienes fuímos o qué hicimos, salvo, por supuesto, aquellos que hayan pasado a la historia como próceres, presidentes o terroristas. Fíjense en lo cruel, la gente hablará de Osama, pero no de mi en cien años más....

"ashes to ashes, dust to dust"....así es amigos y amigas mías, nos iremos al fin de esta vida. Sólo pido irme feliz, habiendo hecho la mayor cantidad de locuras, habiendo hecho el bien, habiendo amado y por qué no odiado, las emociones siempre traen consigo un crecimiento particular.
Por sobre todo me quiero ir viendo a mis hijos grandes, ojalá poder conocer a mis nietas y nietos.
No tengo miedo, sí lo tuve y mucho, hoy no, hoy sé con certeza absoluta que no se puede luchar contra la muerte, que está a mi lado cada día, recordándome que VIVA, porque cuando ella me lleve ya no alcanzaré a hacer nada más...nada.


Leonor
En memoria de Pepe Ugarte Bengoa, que si existe el cielo, hoy de seguro está ahí con su madre, Doña Amparo Bengoa.