martes, 19 de febrero de 2008

PIEL




Es el órgano más extenso del cuerpo, el más expuesto, el más valiente....
Está ahí para conectarnos, para alertarnos a cada minuto, como diciendo que lo tenemos que "atender".
La piel se "prende" de escalofríos frente a la "posible pasión", pero también frente al "posible dolor", no le damos su minuto de opinión.

Desmerecemos su capacidad anticipadora.

Podremos amar la piel de otro (a), recordarla y soñar con ella, no como con otros órganos, resultaría raro decir :"mi amor amo tu hígado...", o, " Anoche soñé con tu páncreas....".
Piel roja, amarilla, muy oscura, muy clara, muy venosa, casi transparente como las de los bebés cuando nacen o la de los ancianos al partir. Estas últimas van avisando que la "flaca" (muerte) se acerca en la medida que se van plagando por las manos de "flores de la muerte"...un indicio del final.

Piel canela, como la canción, piel de gallina, como la que siente el adolescente frente a su amada...piel de naranja....horror!, el terror de cualquier fémina.

Piel, curtida como la del obrero al sol, o salina como la del pescador...amable y tersa como la del sacerdote que no ha hecho más que dar las ostias ( y quizás que más...); piel amarga como la de la mujer que muere en vida sola y triste bandonada de su amor; piel alegre y divertida como la de mis amigos judios que tiene un colorcito rosado....o como la de mi amigo Gustavo, oscura y dura (escribo sobre su piel....ojo).
La piel tersa y soñadora de mi hijo Borja, y la de mi hijo Tomas que cada día está más sueva lejos del terrorismo hormonal adolescente.

La piel de mi padre Antonio que me abraza cuando estamos juntos (no muy seguido, pero sirve); la piel que sueña tener el que sufrió el agua hirviendo o el fuego inclemente, y la que que pretende tener la que ya demasiadas veces se ha estirado.

Piel como seda, o como lona, piel de melocotón o de limón...qué seríamos si no supiéramos saciar el "hambre de piel" de los que queremos...y de lo que no queremos también.

Leonor
A mis amigos y amigas...que se tocan (no necesariamente entre ellos...)